Historia vieja ésta de las tortugas marinas. Los primeros registros de su existencia se remontan a principios de la era Mesozoica, período que inició hace 225 y finalizó hace 65 millones de años, y durante el cual surgió la vida en nuestro planeta. Fue durante esta era que surgieron, dominaron y desaparecieron los dinosaurios.

Tortugas prehistóricas

Como los dinosaurios, las tortugas marinas pertenecen al grupo de los reptiles. Su historia de vida es prodigiosa. Compartieron la tierra y los mares con los peces, aves, flores y coníferas que se desarrollaron en la mencionada era, pero al final de ésta lograron sobrevivir a una de las más grandes extinciones de nuestro planeta, conviniéndose en testigos tanto de la desaparición de muchas especies con las que habían coexistido durante milenios, como del surgimiento de los mamíferos y, por supuesto, del hombre.

Historia de la tortuga marina

Así, con una tenacidad sorprendente, estos milenarios y longevos seres, verdaderos fósiles vivientes, han acompañando la evolución del planeta por millones de años, hasta nuestros días, prácticamente con las mismas características anatómicas con las que aparecieron en la tierra.

México, el país de las tortugas marinas

México es considerado por muchos el país de las tortugas marinas. La diversidad de ambientes costeros y la riqueza o de nuestros litorales ofrece condiciones ideales para su alimentación, descanso y reproducción, de tal forma que de las ocho especies que actualmente existen en el mundo, tenemos el privilegio de que siete se reproduzcan en nuestras costas, tanto del litoral del Pacífico como del Atlántico, desde el Golfo de México hasta el Mar Caribe.

Tortugas bebés

Estas son:

  • La blanca (Chelonia mydas)
  • La caguama (Caretta caretta)
  • La carey (Eretmochelys imbricata)
  • La laúd (Dermochelys coriacea)
  • La negra del Pacífico (Chelonia agassizi)
  • La golfina (Lepidochelys olivacea) y
  • La lora (Lepidochelys hempii)

La única que no anida en playas mexicanas es la kikila de Australia (Chelonia depressa).

Si México es el país de las tortugas marinas, podríamos decir que Quintana Roo es el estado mexicano de las tortugas marinas: cuatro de las siete especies que nacen en México llegan a anidar a sus costas, particularmente la blanca y la caguama.

Grandes navegantes nacidas en tierra firme

Excelentes navegantes, las tortugas marinas pasan prácticamente toda su vida en el mar, realizando movimientos migratorios durante diferentes etapas de su desarrollo, tanto a sus sitios de alimentación y descanso como a los de anidación. Son conocidas las largas migraciones de cientos o miles de kilómetros que en la temporada reproductiva realizan tanto hembras como machos hacia las costas de las zonas de anidación, donde suelen permanecer durante varios meses en la cercanía de las playas, apareándose.

Sin embargo y paradójicamente, las tortugas marinas inician su vida en tierra, lo que las hace particularmente vulnerables. Año tras año, desde abril hasta septiembre en las costas atlánticas y desde junio hasta marzo del año siguiente en las costas del Pacífico, las tortugas hembras tienen que salir a tierra firme a anidar. Se cree que cada tortuga madre regresa a desovar a la misma playa donde, por lo menos una década antes, nació. Los machos, en cambio, nunca vuelven a tocar tierra.

Tortuga marina recién nacida

En la mayoría de las especies, es protegidas por la oscuridad de la noche que salen del mar a buscar un lugar en la playa donde depositar sus huevos. Con sus poderosas aletas cavan un hueco en la arena, formando un nido adentro del cual expulsarán, uno por uno, sus huevos: de 100 a 120, en el caso de la tortuga caguama, y de 130 a 150, en el de la tortuga blanca. Una vez depositados los huevos, las tortugas recubren su nido con arena, borrando su rastro, y regresan al mar. Sólo volverán a la playa para anidar nuevamente, que puede ser varias veces en una misma temporada.

Después de 45 a 60 días, según la especie, las crías inician su difícil lucha por la vida. Todavía adentro del nido, una a una van saliendo de su cascarón, y luego, como alertadas por un reloj biológico, brotan todas juntas de su entierro y se dirigen presurosas al mar, a reiniciar el ciclo milenario. Aunque ya sobrevivieron a la primera etapa de su desarrollo, en la cual los nidos siempre sufren la amenaza de ser depredados por otros animales o por el mismo hombre, o de ser afectados por fenómenos naturales, ahora enfrentarán nuevas amenazas: en su corto camino hacia el mar pueden ser devoradas por aves, cangrejos, mapaches o cualquier otro depredador. Más amenazas las esperan una vez en el mar. Se estima que de cada mil crías, sólo una llega a edad adulta.

Huevos de tortuga marina

Al abandonar las playas, las tortugas inician una fase de vida en mar abierto que durará decenas y a veces hasta una centena de años. Durante sus primeras etapas, las más vulnerables para su supervivencia, con frecuencia se les encuentra en “camas flotantes” formadas por sargazos; también puede ubicárseles en las líneas de marea creadas en los frentes de las principales corrientes, o bien en las derivas pasivas de las corrientes oceánicas.

Mientras alcanzan su edad adulta reproductiva, que es después de los 10 años de edad, transitarán por una gran variedad de hábitats marinos. Pero siempre regresarán al origen, a lascostas donde nacieron.

La mano del hombre

Hasta el siglo XIX, las poblaciones de tortugas marinas fueron muy abundantes, contándose por millones. Esta riqueza hizo pensar al hombre que estos seres eran un recurso inagotable, por lo que se les consumió indiscriminadamente, ya fuera por sus huevos, ya por su carne o su caparazón.

Poniendo huevos en Cabo

Dueñas ancestrales de los mares, hoy es sin embargo evidente que su relación con el hombre ha puesto en verdadero riesgo su milenaria capacidad de supervivencia. En el último siglo su número se ha reducido drásticamente en todo el mundo, llegándose al grado de encontrarse algunas especies en peligro de extinción y las otras amenazadas, disminuyendo con ello la capacidad de sus poblaciones para sobreponerse a los cambios que hemos generado en su entorno.

Sí, por desgracia las amenazas a la supervivencia de las tortugas marinas están íntimamente relacionadas con las actividades humanas. El ciclo de vida de las tortugas es complejo y lo que quizás en algún momento de su evolución fue garantía para su sobrevivencia, ahora las convierte en organismos sumamente frágiles debido a que el impacto del hombre en su entorno afecta de manera directa buena pane de su ciclo vital, y por ello de su viabilidad como especie.

Tortuga liberada

A la pérdida de nidos en las playas, producto de la depredación y del saqueo de nidos por el hombre, se suma la disminución de sus playas de anidación como consecuencia del desarrollo, la degradación de sus áreas de alimentación y el alto índice de Mortandad de tortugas tanto juveniles como adultas, resultado tanto de la matanza ilegal de estos animales en el mar, o de hembras anidadoras en las playas, como de la pesca incidental y del incremento en la contaminación de los mares.

Por ello, desde hace décadas han surgido en México y el mundo esfuerzos para la protección de este patrimonio natural. Es aquí donde hace su aparición la historia de la conservación de las tortugas marinas.

Veinticinco años de esfuerzos por su recuperación

En México, el gobierno federal ha establecido diversas medidas encaminadas a la protección, conservación, recuperación e investigación de las tortugas marinas, que han contribuido a contrarrestar el deterioro de sus poblaciones. El primer gran paso se dio el 31 de mayo de 1990, cuando apareció publicado en el Diario Oficial de la Federación el decreto de veda permanente para la pesquería en aguas nacionales de todas las especies de tortuga marina.

Tortuga bebé

Tres años después, en 1993, la Norma Oficial Mexicana de Emergencia 002-PESC-1993 estableció el uso obligatorio de dispositivos excluidores de tortuga marina en las redes de pesca de arrastre, a fin de reducir su pesca incidental. Ese mismo año se estableció la Comisión Intersecretarial para la Protección y Conservación de Tortugas Marinas, y en 1994 el. Comité Nacional de Protección y Conservación de Tortugas Marinas, con la participación de los sectores académico, social y guber­namental. En ese mismo año, se les enlistó en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-1994, que determina las especies y subespecies de, flora y fauna silvestres terrestres y acuáticas en peligro de extinción, amenazadas, raras o sujetas a protección especial.

Una de las estrategias más importantes establecidas por el gobierno mexicano para la recuperación de las poblaciones de tortuga marina ha sido la instalación y operación de campamentos tortugueros en las más importantes playas de anidación del país. Actualmente el Gobierno Federal opera 28 Centros para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (CPCTM): ocho en el Golfo de México, dos en el Caribe y 18 en el Pacífico. Por su parte, se calcula que existen más de 170 Centros operados por organismos no gubernamentales.

Una historia de éxito en la protección de la tortuga marina

Una experiencia de protección de tortugas marinas que bien puede calificarse como una historia de éxito es la llevada a cabo en las playas del litoral central de Quintana Roo.

Tortuga Laúd

Las costas de Quintana Roo, o Caribe mexicano, son la más importante región para la reproducción de la tortuga blanca y caguama de toda la costa atlántica. Y es precisamente ahí donde se realiza uno de los mayores esfuerzos por la recuperación de las poblaciones de estas especies hoy amenazadas.

Una de las principales organizaciones que trabajan hoy en día en la protección y conservación de las tortugas marinas es la fundación Flora, Fauna y Cultura de México, A.C., organismo que da continuidad a un esfuerzo de protección que inició hace más de 20 años en el Centro de Investigaciones de Quintana Roo (CIQRO). En 1995, al desaparecer éste, el Parque Xcaret lo tomó en sus manos como “Programa de Protección y Conservación de Tortugas Marinas en el Litoral Central de Quintana Roo”, operándolo hasta 2002, año en que pasó la estafeta a Flora, Fauna y Cultura de México, A.C.

Tortuga Marina

El “Programa de Protección y Conservación de Tortugas Marinas del Litoral Central de Quintana Roo” operado por Flora, Fauna y Cultura de México cubre la zona con mayor porcentaje de anidación del estado de Quintana Roo, en el Municipio de Solidaridad. Son 12 playas comprendidas en una extensión de 120 kilómetros, que van desde Punta Venado, al norte, hasta Cahpechén, en la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, al sur.

El esfuerzo de protección es de tal magnitud, que en los últimos diez años -que incluyen el trabajo de Xcaret y el de Flora, Fauna y Cultura de México- se han protegido más de 20000l nidos y se han liberado al mar alrededor de dos millones de crías de tortuga de las especies mencionadas. Por ello, es considerado por diversos especialistas como uno de los programas más importantes a nivel nacional, debido a sus casi dos décadas de continuidad, a su extensión y a sus resultados.

Tortugas mexicanas

Conservación: un compromiso con nuestro futuro

Mucho se ha dicho que el hombre es la única especie capaz de modificar el medio donde vive, y constantemente nos encontramos con evidencias de que estas modificaciones pueden acarrear un deterioro de lo que consideramos nuestro patrimonio. Nos hemos tardado en entender que este deterioro pone en riesgo no sólo á lo que nos rodea, a nuestro medio ambiente, sino también a nosotros mismos.

Sin embargo, también somos la única especie que puede trabajar por la conservación de otra especie, y es aquí donde posiblemente radique la diferencia. Es aquí donde debemos reconocer la obligación que tenemos como especie de conservar el patrimonio que nos fue legado, un patrimonio que debe servirnos para nuestra subsistencia, de la misma manera que les tendrá que servir a nuestros hijos y a las futuras generaciones.

Tortuga marina en México

Las tortugas marinas han sido capaces de sobrevivir durante milenios, conviniéndose en los testigos más persistentes de la evolución de nuestro planeta. Hoy, amenazadas por la acción del hombre, necesitan de la ayuda de éste para seguir subsistiendo, y así continuar navegando por los mares del mundo. Símbolos del pasado, en ellas radica por ello también nuestra esperanza de futuro.

Por: Rodolfo Raigoza – Artículo originalmente publicado en Vive México.